El desván de un anticuario. Arturo Michelena (1893)

domingo, 23 de mayo de 2010

Art Déco Teresa


Apreciado don Arístides:

Quería compartir con usted un pequeño milagro que he tenido la dicha de vivir este fin de semana. Habiéndose perdido en mi biblioteca mi ejemplar de Ifigenia de Teresa de La Parra, me fuí a una librería de viejo a probar fortuna.

Allí, un desprevenido librero me tendió en la mano un librito más bien sucio y vetusto, forrado en cuero de color marrón. Ya con que estuviera encuadernado me dí por satisfecha, y contenta por el magnífico precio -¡un regalo!-, salí a la calle sin siquiera abrirlo. Fue al llegar aquí que me topé con la sorpresa de su contenido: el Diario de una Señorita que se fastidia era ¡la edición original !

Impreso y fechado en París en 1928, las páginas de papel amarillento y casi rústico se iniciaban con una bella reproducción del dibujo que retrata a la autora en tenure de soirée, y acto seguido, aparecía el santo y la seña de la casa editorial Editions Le Livre Libre. Estaba situada en el 9éme arrondissement, en la afamada rue Richer.



No sabemos si fue Francis de Miomandre (1880-1959), el novelista, poeta, ensayista y traductor de la Academie Mallarmé (quien fuera el traductor y prologuista de Ifigenia y publicó varias otras suyas personales en la misma casa editorial), quien se contagiara en sus sucesivas idas y venidas a la rue Richer del espíritu Art Déco que a toda la calle insuflaba -y aún insufla- desde el número 32 el relieve de Maurice Picaud que ornamenta la fachada de las Folies Bergére... O si sería la misma Teresa.


Rue Richer, Paris 75009 (flickr).

El caso, don Arístides, es que mi nueva adquisión está decorada con unas bellas flores geométricas en rojo que juegan y se enmarcan en la figura del cuadrado -muy en el gusto Art Déco- de la misma guisa que en el celebérrimo panel.

Cordialmente,
señora Gómez

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-Ray Ventura et ses Collégiens. Je crois bien que c´est l´amour (1935)

Dear don Arístides:

I wanted to share with you a small miracle that I had the good fortune to live this weekend.
Having lost my copy in my library of
Iphigenia by Teresa de La Parra, I went to an antique bookstore to try my luck.

There, a distacted bookseller handed me a book rather dirty and ancient, covered in brown leather. As it was bound I felt already satisfied, and happy about the great price -a gift!-, I went out to the street without even opening it. It was when I arrived here that I came across the surprise of its content: it was the first edition of the Diary of a Young Lady Who Was Bored!

Printed and dated in Paris in 1928, the pages of almost rustic yellow paper started with a beautiful reproduction of a drawing that depicts the author's en tenure de soirée, after which appeared the indications of the publishing house, Editions Le Livre Libre. It was located in the 9éme arrondissement, in the famous rue Richer.

We do not know if it was Francis de Miomandre (1880-1959), the novelist, poet, essayist and translator from the Academie Mallarme who was Iphigenia´s preface writer and translator (and who published several other personal works in the same publishing house), who was infected in his comings and goings to the rue Richer with the Art Déco spirit that was insufflated to the whole street, and is still insufflated, from number 32 by the Maurice Picaud´s relief that adorns the facade of The Folies Bergére... Or if it was Teresa herself.

The case, don Aristides, is that my new purchase is decorated with red geometric flowers that play and are framed with the figure of a square -very much in the Art Déco taste- and just like in the celebrated panel.

Cordiallly yours,

señora Gómez

viernes, 14 de mayo de 2010

Karakasas laiška*

Foto Natura, Proyecto Caracas C.A. 1953.

Apreciado don Arístides,

En los años cincuenta apareció una modalidad postal en Venezuela sumamente urbana, que celebraba a través del correo aéreo -a la sazón "Correos de Venezuela"- la ciudad. Los fotógrafos escogieron un bello nombre para identificarse a sí mismos: "Foto Natura" (siendo, como usted bien sabe, don Arístides, la ciudad esa otra naturaleza artificial creada por el hombre).


Foto Natura, Grabados Nacionales C.A., 1956.

Foto Natura. Grabados Nacionales C.A., 1954.


Pero era ésta al parecer una modalidad postal muy difundida en la época, y aquí le envío también un ejemplar de sobre sellado en Caracas con destino a Chicago, que muestra unas bellas imágenes de Vilnius, la capital de Lituania.

Cordialmente,
señora Gómez

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-Elvis Presley. Love letters (1950s)

Dear don Arístides:

In the 1950s appeared in Venezuela postal a highly urban postal form, that celebrated via air mail -at the time "Correos de Venezuela"- the city, The photographers choose a remarkable name to identify themselves: "Foto Natura" (being he city, as you well know, don Arístides, that other artificial nature created by man).


But this was apparently a postal form widespread at the time, and here I also enclose for you a copy of an envelope sealed in Caracas with destination to Chicago, depicting several beautiful images of Vilnius, the capital city of Lithuania.

Cordially yours,

señora Gómez


*Cartas de Caracas

martes, 11 de mayo de 2010

Anticuario del Nuevo Mundo

El desván de un anticuario. Arturo Michelena, 1893.

Apreciado don Arístides Rojas,

Desde el día en que vi por primera vez el óleo que pintara en 1893 Arturo Michelena, El desván de un anticuario, me subyugó su estampa de observador del pasado, de "Anticuario del Nuevo Mundo", como se le conocía a usted por entonces. Allí Michelena lo retrata muy atento, lupa en mano, frente a una ventana por donde se cuela la vista de una calle de Caracas, inmerso en la observación de un objeto que acapara toda su atención, uno de los muchos que poblaban su desván de antigüedades yque se conseguían en la ciudad hacia finales del siglo:


El espejo.

Como el espejo de mercurio, de marco barroco italiano en madera sólida esculpida y dorada, con frontón decorado, de inspiración Louis XV.

El jarrón con orquídea.

O el jarrón de cerámica japonesa esmaltada con borde dentado en color aceituna, decorada con motivo floral, donde florece un ejemplar de Cattleya Mossiae Hook de color violeta pálido.

El escudo de Venezuela.

O bien el escudo de armas del siglo XIX en madera de roble tallada, que presenta engastado al centro un óvalo con el escudo de Venezuela en esmalte polícromo sobre metal.

El banco Reina Ana con cojín Aubusson.

Y el bello banco inglés Reina Ana del siglo XVIII en caoba, de elegante y estilizado estilo Holandés, con fino tallado en rocaille, adornado con un cojín en tapicería Aubusson y seda con motivo floral y borde rojo.

El pequeño desnudo.

Sin olvidar el pequeño desnudo, "Femme nue étendue sur un divan". Un óleo sobre tela que nos hemos atrevido a atribuir a Gustave Courbet, circa 1862.

La marina.

Y la marina: el "Paysage de mer avec deux promeneurs", de 1850. Un óleo sobre tela que a su vez atribuimos a Barend Cornelis Koekkoek (Middleburg, 1803 - 1862, Kleve).

El paisaje.

Así como el paisaje, la "Vue de la campagne romaine". Oleo sobre tela, circa 1790, que pensamos pintó Claude Gelleée, llamado, como usted bien sabe, Le Lorrain (Chamagne, Vosges, circa 1604/Roma, 1682).

El albornoz de las Nymphéa.

Además del precioso albornoz reposando sobre el banco, quizás a la espera de que yo apareciera por su desván, don Arístides, para llevarme esa exquisita robe de chambre victoriana en hilos de seda china estampada con Nymphéa, hecha en el Japón, circa 1870s.

La alfombra azul y la flor de mayo.

Y la antigua alfombra china YuLin en seda con fondo azul, sobre la que se levanta un pedestal torneado en mármol negro en forma de columna, sobre en el que se expone la más bella pieza en su desván, según mi humilde parecer,

El león contra la serpiente.

la escultura en bronce representando un león batiéndose con una serpiente (1830-1875), sobre una base naturalista, que podría perfectamente ser una metáfora de la la ciudad de Caracas luchando contra la barbarie. Una obra probablemente de Antoine Louis Barye, y F. Barbedienne Fondeur, Paris.

¡Anticuario del Nuevo Mundo! A partir de ese día en que ví este cuadro, yo me sentí, don Arístides, y disculpe usted el atrevimiento, inspirada por su personaje. Atrapada por su leyenda, empecé a encontrar en esta ciudad que tantos desprecian, que tantos subestiman, que tantos dan por descontada, un territorio maravilloso para la arqueología urbana y para el coleccionismo. Y, provista de la fe y contagiada de la fascinación que tan genialmente inmortalizara el maestro Michelena, lupa en mano -moi aussi-, voy por Caracas llevándome a mi propio desván para degustarlas y para descifrarlas y para catalogarlas, un día sí y otro también, las antigüedades de este nuevo mundo que -usted y yo sabemos-, ya no podrá jamás renacer sin ellas.


Cordialmente,
señora Gómez


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-Isaac Albeniz. Tango (Suite España, 1890s)

martes, 4 de mayo de 2010

Patio

Otro pequeño patio de Caracas: la Casa de Veroes, Altagracia (f. Hannia Gómez - Archivo Fundación de la Memoria Urbana)

Apreciado don Arístides:

En la casa de mi padre hay un saloncito apacible y discreto. Directamente se abre frente a él un pequeño patio por el que entra la luz desde lo alto entre paredes verticales. Tras una selva de lirios de sombra, surge el tallo verde de una palma que ha crecido tanto que ya su penacho se nos perdió de vista, cubierta arriba. Este es nuestro sitio favorito para conversar.
Y yo le dije:
-¿Verdad que nada como un patio, por pequeño que sea?
Entonces, a manera de respuesta, me empezó a recitar de memoria este verso -que aprendió en la escuela- de Ramón María del Valle-Inclán:

Para llorar penas
Qué lindo retiro
Lo menos cuatro ecos
Tiene aquí un suspiro.

Cordialmente,
señora Gómez

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-Jordi Savall. Folias criollas (Hespérion XXI)

Dear don Arístides:

In my father's house there is a quiet and discreet living room. Right in front of it opens a small courtyard where the light enters from above between vertical walls. Behind a jungle of shade lilies, rises the green stem of a palm that has grown so much that we have lost the sight of its plume, above the roof. This is our favorite place to chat.
And I told him:
- Isn´t it true that there is not nothing like a patio, however small it is?
Then, by way of answer, he began to recite by heart this verse -which he learned in school-, by Ramon Maria del Valle-Inclán:

To mourn sorrows
What a beautiful retreat
Least four echoes
A sigh has here.

Cordially yours,
señora Gómez