Vita brevis, ars longa
Occasio praeceps,
Experimentum periculosum,
Iudicium difficile.
Experimentum periculosum,
Iudicium difficile.
Apreciado don Arístides:
Un día en la ciudad de Caracas en los 1950s, un desconocido le puso el singular nombre de Ars longa a un edificio en una esquina de la Avenida Victoria. El nombre del autor o del propietario de dicha arquitectura pletórica de delirantes mármoles y de detalles alados permanecen por el momento perdidos.
Mas su deseo de recordar a Hipócrates, el máximo de los médicos griegos, cuando escribió en sus Aforismos I, 1:
Mas su deseo de recordar a Hipócrates, el máximo de los médicos griegos, cuando escribió en sus Aforismos I, 1:
"Ὁ βίος βραχὺς, ἡ δὲ τέχνη μακρὴ, ὁ δὲ καιρὸς ὀξὺς, ἡ δὲ πεῖρα σφαλερὴ, ἡ δὲ κρίσις χαλεπή"
(traducido por Séneca en su De Brevitate Vitae como: "vitam brevem esse, longam artem"), demuestra el sentimiento fundacional presente en aquella esquina urbana por hacer perdurar para siempre el arte de hacer esta ciudad, por comunicar el espíritu esperanzador con que se hizo toda la caraqueña avenida, lanzando a la posteridad su aspiración a prolongarla más allá de la brevedad de la vida de aquellos que la ejecutaron.
Piso de mármol en arlecchino geometrico del edificio Ars longa, Avenida Victoria, 1950s (f. 2006, Sara Maneiro - Archivo Fundación de la Memoria Urbana).
Hoy, el edificio Ars longa de la Avenida Victoria es Bien de Interés Cultural de Venezuela. Pero así como el sabio aforismo hipocrático no se detuvo en su primer verso: "Vita brevis, ars longa", sino que continuó diciendo: "occasio praeceps, experimentum periculosum, iudicium difficile"... : "la ocasión es única, el experimento peligroso, el juicio difícil", nosotros tampoco.
Gracias, Hipócrates. Y tú, Caracas, nunca lo olvides.
Cordialmente,
señora Gómez
Dear don Arístides:One day in the city of Caracas in the 1950s, a stranger gave the singular name of Ars longa to a building in a cornersite of the Avenida Victoria. The name of the author or of the owner of this architecture, plethoric of delirious marbles and winged details, remains still lost.
But his desire to resemble Hippocrates, the greatest of all Greek doctors, when he wrote in his Aphorisms I, 1:
"Ὁ βίος βραχὺς, ἡ δὲ τέχνη μακρὴ, ὁ δὲ καιρὸς ὀξὺς, ἡ δὲ πεῖρα σφαλερὴ, ἡ δὲ κρίσις χαλεπή"
(translated by Seneca in his Of Brevitate Vitae as: "vitam brevem esse, longam artem), demonstrates the foundational feeling present in this urban corner to help endure the art of doing this city, to communicate the encouraging spirit with which was done this Caraquenian avenue, and launch to posterity his aspiration to make it last beyond the briefness of the life of those who executed it.
Today, the Ars longa building on the Avenida Victoria is a Good of Cultural Interest of Venezuela. But, as the wise hippocratian aphorism did not stop at its first verse: "Vita brevis, ars longa", but continued saying: "occasio praeceps, experimentum periculosum, iudicium difficile"... : "the occasion is unique, the experiment dangerous, the judgment difficult", we don´t, either.
Thanks, Hippocrates. And you, Caracas, do never forget it.
Today, the Ars longa building on the Avenida Victoria is a Good of Cultural Interest of Venezuela. But, as the wise hippocratian aphorism did not stop at its first verse: "Vita brevis, ars longa", but continued saying: "occasio praeceps, experimentum periculosum, iudicium difficile"... : "the occasion is unique, the experiment dangerous, the judgment difficult", we don´t, either.
Thanks, Hippocrates. And you, Caracas, do never forget it.
Cordially yours,
señora Gómez
Para mi padre, Otto Lima Gómez
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